Roy Batty

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lunes, 27 de enero de 2020

Los hispanos, otra vez

Ayer revalidamos el título de Campeón de Europa de selecciones de balonmano masculinas con un triunfo en la final ante la Croacia de Lino Cervar. Los hispanos han estado grandiosos en todo el campeonato. No han perdido ningún partido y han conseguido el gran objetivo, ganar el título y de paso conseguir la plaza para los Juegos Olímpicos de Tokio. Todo este grupo lo merece. Es un grupo compacto con una clase espectacular en el que no se puede decir que brille uno sobre el resto sino que es todo el grupo el que destaca en su conjunto. Lo mismo que otras selecciones tienen a una figura que sobresale sobre el resto, como pueda ser Sagosen en Noruega o Domagoj en Croacia, en España el bloque es la resultante de su éxito. Ganar un campeonato de Europa es como ganar un campeonato del mundo. No hay diferencia prácticamente. Los mejores equipos del mundo son europeos.



Gonzalo Pérez de Vargas ha estado "imperial" en su demarcación. Ha sido el mejor portero del campeonato con diferencia y así lo ha entendido la EHF que lo ha incluído en el equipo ideal del torneo.

Los extremos han estado soberbios. Tanto Aleix Gómez, como Ángel Fernández, Aitor Ariño o Ferrán Solé han brillado en contrataques, uno contra uno y lanzamientos de 7 metros, especialmente Gómez y Solé. Los extremos están bien cubiertos. Y eso que se ha quedado fuera Valero Rivera.

Los laterales son excepcionales. La vuelta de Jorge Maqueda, el quereño, ha sido fabulosa hasta el punto de integrar el septeto ideal como mejor lateral derecho del torneo. Entrerríos y Cañellas también lo han estado brillantes en los momentos decisivos de los partidos. En la dirección del juego, Sarmiento y sobre todo Alex Dujshebaev, han estado de diez. El santanderino cada vez más recuerda a su padre, Talant, con esos lanzamientos de cintura o raseros imparables. Se puede decir que de tal palo tal astilla. Alex ha estado magnífico como avanzado en el 5-1, robando infinidad de balones así como en la dirección de juego y lanzamientos a portería. Está llamado a liderar a la selección en un futuro.

Y en la línea de ataque, tanto Julen como Adriá Figueras han estado resolutivos cuando se les ha necesitado, si bien, la posición de pivote ya no es tan transcendental como antaño. Han estado muy marcados y vigilados, sobre todo el irundarra y su vigilancia permanente hace que no resuelva con la misma facilidad de antes.

Y en cuanto a Gedeón y Viran, siguen siendo los baluartes defensivos, las torres gemelas que equilibran el poderío físico que selecciones más potentes que los hispanos exhiben como ventaja.

Goñi y Dani Dujshebaev han jugado menos pero también han contribuido al éxito del equipo.

Todos bajo la batuta tranquila y sosegada de un impertérrito Jordi Ribera, un técnico callado pero tremendamente efectivo en la disciplina táctica y técnica.

En definitiva, se trata de un éxito arrollador al que hay que poner la guinda con la corona olímpica de Tokio. Esta generación, este grupo lo merece. Y tras la debacle de Francia y Dinamarca, los hispanos son los máximos favoritos para el oro olímpico.

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