Estamos a mitad de temporada en fútbol en Primera División. Se ha disputado la primera vuelta y el F.C. Barcelona va líder empatado a puntos con el Real Madrid. En estas estamos y se produce sorpresiva e inesperadamente un cambio de técnico en el Barça después de la eliminación en la Supercopa esa que se han llevado a Arabia Saudí por los petrodólares. No me han gustado las formas que han tenido para con Ernesto Valverde. No han sido muy decorosas que digamos. Se merecía un poco más de respeto el Txingurri. Dicho esto, era evidente que Quique Setién recalaría en Can Barça, antes o después. Estaba cantado. Se olía a leguas. Lo que no se sabía era cuándo se iba a producir esta circunstancia. El santanderino no ha tardado ni cinco minutos en decir sí.
Esperemos que no le pase al Barça lo que le sucedió al Real Madrid de la temporada 1991-92. Destituyeron a Radomir Antic al finalizar la primera vuelta cuando el equipo iba líder, tal como ahora el Barça (dicen que por su mal juego). Trajeron de nuevo a Beenhakker, porque tenía más glamour, y no ganaron la Liga.
Dice el bueno de Quique Setién que ayer estaba en su pueblo tranquilamente viendo pastar las vacas y hoy está entrenando a la mejor plantilla de fútbol del mundo. Tiene razón. Lo que ocurre es que parece que la opción de Setién, tal como se han desarrollado los acontecimientos, parece el tercer plato, después de la negativa de Xavi, en primer lugar y Ronald Koeman después. El Barça ha intentando en un fin de semana fichar a su Zidane particular (Xavi Hernández) y éste, asustado por la premura y el tamaño del dragón, lo ha rechazado indicando que aún es pronto. Y no le falta razón. Lleva 4 telediarios al frente de un equipo qatarí de fútbol, que aquí equivaldría a un equipo de segunda B o un tercera. Demasiado arroz para tan poco pollo, ha debido pensar el catalán. Ya habrá tiempo para regresar a casa. Ahora sería demasiado precipitado y no conviene chamuscarse tan pronto. También está claro que Xavi Hernández dirigirá en un futuro al Barça. No hay que ir a Oxford para darse cuenta. Lo mismo que no hay que ir a Cambridge o Manchester, para saber que Guardiola volverá a casa.
El espectáculo que ha dado el F.C. Barcelona, más bien la directiva, en estos últimos días, ha sido un poco bochornoso. Ha ido mendigando a Xavi a Qatar para que cogiera las riendas del equipo. Y nadie quiere coger las riendas a mitad de temporada no vaya a ser que acabes chamuscado a final de temporada.
Era evidente que no se estaba jugando bien y Valverde ha estado en entredicho prácticamente desde la debacle de Liverpool. No se atrevieron a cesarle a final de la temporada pasada y ahora por muchos menos motivos, le han destituido.
El santanderino Quique Setién era evidente que tenía que recalar en Barcelona. Dejó su sello con la victoria del Betis el año pasado 2-4, lo cual le abrió las puertas de par en par al banquillo. Dejó buena tarjeta de visita. Ahora está en que pueda desarrollar todo el fútbol que ha planteado en los equipos en los que ha estado como Las Palmas y el Betis. Y plantilla la tiene para desarrollar su concepto de fútbol. Está como un niño con zapatos nuevos. Encantado de la vida.
De momento, les ha salido un grano con la baja de Luis Suárez por cuatro meses, lo que les obligará a buscar un refuerzo en el mercado invernal. Veremos si le dejan trabajar al santanderino y es capaz de demostrar los conocimientos de fútbol que alberga. Y suerte la va a necesitar. Merece la oportunidad de entrenar al mejor jugador de todos los tiempos. Veremos cómo evoluciona este cambio de aires no previsto en Can Barça. Desde luego, como he insistido, las formas han sido deplorables para con Ernesto Valverde.
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