Se terminó el culebrón del verano. Ha vuelto el hijo pródigo. Cesc Fábregas ha vuelto a su casa y con ello han terminado años de especulaciones varias sobre su vuelta. El mejor mediocampo del mundo está ahora más que nunca en el F.C.Barcelona.
Alguien puede decir que el Barça va a tener problemas para confeccionar alineaciones por la sobrecarga en el medio campo con la llegada de Cesc. ¡Bendito problema! el que tiene Pep Guardiola. La llegada de Cesc le da aún más polivalencia al centro del campo azulgrana, le dota de más calidad (por si era poca la que tenía), y le permite ofrecer más variantes que la tradicional 4-3-3. Cesc puede jugar de pivote defensivo, de mediocampista organizador y hasta de falso delantero centro. Ahi es nada.
La polivalencia que ofrecen Mascherano y Busquets, los cuales han resultado un espléndido acomodo en la línea defensiva ante las bajas de Puyol ó Piqué, constituyen una ventaja añadida más a la extraordinaria plantilla del club azulgrana. Guardiola tiene ahora otro comodín más para manejar a su antojo ante una temporada larguísima y llena de contratiempos e imprevistos. Cesc añade más seguridad y más calidad si cabe al mejor equipo del mundo de fútbol en la actualidad.
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