Llegó el final del Mundial de Brasil 2014 y terminó con un justo vencedor: Alemania. La final fue muy disputada y Argentina supo plantar cara a Alemania y tuvo sus oportunidades para desnivelar el marcador pero al final acabó imponiéndose la tendencia normal de la trayectoria seguida desde la fase de grupos. La superioridad alemana se mostró tanto en la fase de grupos como en las eliminatorias y sobre todo explotó en una semifinal histórica con un 7-1 a Brasil. Si por algo será recordado este mundial será por este partido. La mayor humillación de un anfitrión en un Mundial, pero no un anfitrión cualquiera sino que se trataba de un sacrilegio en la casa del pentacampeón del jogo bonito.
Brasil a lo largo de los últimos 20 años ha jugado con mediocampistas de corte defensivo y rocoso y no de corte creativo y preciosista y esa apuesta por lo rocoso creo que ha culminado en este Mundial con una derrota estrepitosa y humillante. Creo que tienen que volver a la histórica tradición de genios de la talla de Gerson, Tostao, Jairzinho, Pelé o Falcao, Cerezo, Junior, Zico, Sócrates y Eder. Y desterrar a lo que han tenido en estos últimos años: Dunga, Mauro Silva, Kleberson, Emerson, Paulinho o Luiz Gustavo. Han pagado la apuesta por el conservadurismo traicionando sus ideales de siempre. Es la herencia de Parreira, Zagallo o Scolari, y éste último pretendía seguir hasta que llevado por un rapto de lucidez presentó ayer su dimisión. Se abre una etapa nueva para este gigante del fútbol que deben aprovechar para meter calidad y quitar piedras.
No estoy de acuerdo con la concesión del balón de oro a Messi. La FIFA lleva años chocheando y experimentando dando el premio al mejor jugador del campeonato a futbolistas que no son integrantes de la selección campeona del Mundo. Y a mí eso me parece un error. Sucedió con Forlán en 2010, Zidane en 2006 o Khan en 2002, cuando debería haberse otorgado a Xavi, Cannavaro o Ronaldo, respectivamente. Aquí en 2014, el premio hubiera sido justo si se hubiera concedido a Kroos o Müller. Estoy de acuerdo con la concesión del premio al mejor portero a Neuer. Ha hecho un mundial fantástico. Ha ganado en seguridad por alto, unos reflejos extraordinarios, juega con los pies de manera sensacional hasta casi el punto de parecer un central más en ocasiones. Manuel Neuer ha crecido muchísimo en los últimos años.
En fin, 20ª edición de un Mundial de fútbol, con triunfo por cuarta vez de Alemania, que iguala a Italia en número de títulos y se queda a uno de Brasil. Y primer triunfo de un equipo europeo en una fase final disputada en América. Alemania va a marcar el ritmo del fútbol en los próximos años pero no como antes, cuando se distinguía por su fuerza y dinamismo, sino por un juego precioso a imagen y semejanza del tiki taka español con una extraordinaria generación de jugadores: Neuer; Lahm, Boateng, Hummels, Howedes; Özil, Khedira, Schweinsteiger, Kroos; Müller y Klose. Este último ha llegado a su fin convirtiéndose en el máximo goleador de la historia de los mundiales con 19. Será reemplazado por Marco Reus, ausente por lesión. Con lo que el dominio alemán entiendo que se prolongará en los próximos años siempre y cuando siga bajo la tutela de Joachim Löw, el auténtico culpable de esto.
Ya lo decía Gary Lineker en su momento y cobra ahora tremenda actualidad: "el fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre gana Alemania".
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