Roy Batty

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sábado, 12 de septiembre de 2015

Fabio Aru, una incontestable realidad

Nunca pensé que la penúltima etapa de la Vuelta a España de este año, la de la Sierra de Madrid, iba a ser tan decisiva. El holandés Tom Dumoulin ha caído estrepitosamente y no ha podido defender su exigua ventaja de 6 segundos. Hasta ahora no había dado ningún síntoma de debilidad. Ha reconocido que no tenía piernas. El mérito es de Fabio Aru y su equipo el Astaná, que han luchado hasta el final, y en la segunda subida a la Morcuera han asestado un ataque al que el holandés no ha podido responder. Una pena porque el holandés ha demostrado una seguridad inmensa en toda esta Vuelta a pesar de no tener equipo y hoy precisamente ha tenido el mal día que todo ciclista suele tener en una gran vuelta. Al final la cosa queda con Fabio Aru como ganador in pectore, segundo Joaquim Rodríguez (bravo el catalán) a 1' 17'' y tercero el polaco Rafal Majka a 1' 29''.



La etapa ha sido mortífera y loca desde un principio. Fuga numerosa desde un principio y ha terminado rompiéndose en mil pedazos el grupo. Nunca pensé que los puertos de la Sierra podrían albergar tantos ataques y tantas diferencias.

Si hubiera que hacer balance al final de esta Vuelta, destacaría la decepción de Movistar. Ni Quintana, ni Valverde han cumplido las expectativas. Van a acabar cuarto y séptimo de la general. Gran decepción. Ya dije al principio, que tanto Astana como Movistar estaban obligados a ganar la general por lo civil o por lo criminal. Y ha sido el equipo kazajo el que se ha llevado el gato al agua. Eliminados y desaparecidos Nibali, Van Garderen y Froome, el camino en principio se quedaría expedito para Quintana. Pero han aparecido actores secundarios que han pasado a ser protagonistas. A destacar el risueño colombiano Esteban Chaves, un excepcional escalador que dará mucho que hablar en los próximos años. Ha destacado, casi hasta el final, el holandés Tom Dumoulin, que ha aguantado montaña mucho más dura que la de la Sierra de Madrid, como Andorra y Asturias, para llegar a la contrarreloj de Burgos y ganarla claramente. Y un Fabio Aru, que venía como segundo de equipo, tras Nibali, y que ha luchado lo indecible tanto cuesta arriba como en llano, para conseguir el objetivo final.

Al final siempre gana el mejor. Gana el que menos tiempo emplea en hacer el recorrido, con lo cual es el mejor. Otra cosa son las sensaciones que nos den los ciclistas. Aru ha estado arropado y ayudado en todo momento por su equipo. Dumoulin se ha quedado solo ante el peligro. No tenía equipo que le ayudase en las cimas y tenía que aprovecharse del esfuerzo de los demás. Y por último, Joaquim Rodríguez, ha acabado muy cansado en la última semana, pero es un corredor como la copa de un pino. Se merece todo lo mejor.

Ha sido una gran vuelta y cuando parecía que iba a ganar un contrarrelojista, ha ganado un escalador como Fabio Aru. Merecido triunfo del transalpino y la guinda a una excelente temporada en la que fue segundo en el Giro. Ha sido el único ciclista que ha hecho podio en 2 grandes.


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