Roy Batty

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sábado, 25 de julio de 2015

Chris Froome, el martillo pilón

Excelente etapa la de hoy de Nairo Quintana y Movistar. Lástima que haya sido insuficiente. El británico Chris Froome ha administrado bien toda la ventaja del Tour, y en especial la que sacó en Pierre de Saint Martin y se ha limitado a seguir su ritmo. Lo cierto es que el equipo Sky le ha hecho toda la subida a Alpe d'Huez y le ha salvado. El Tour es una carrera de 21 etapas y normalmente el vencedor es el más regular de la carrera. Ha ganado el mejor. En lo negativo, hay que lamentar y condenar los insultos, escupitajos y demás humillaciones recibidas por Froome en este Tour y en varias etapas por parte de cuatro descerebrados que no tienen ni idea de deporte. El ciclismo es un deporte noble y duro y todos los ciclistas merecen respeto y admiración por el trabajo que desarrollan. Lo sucedido me recuerda a lo que le pasó a Eddy Merckx en 1975 subiendo el Puy de Dome. Un aficionado le propinó un puñetazo porque estaba harto del dominio del belga. A raíz de ese suceso, el belga perdió el maillot amarillo y ya no volvió a ganar nunca más una grande.

Hay un dicho español que reza que se deja todo para el último día. La distancia que afrontaba Nairo Quintana respecto a Froome era de 2' 28" de desventaja tras haberle recortado ayer 32". Pues bien, al final ha terminado reduciéndose a 1' 12". Movistar se ha acordado que podía ganar el Tour en las dos últimas etapas. Evidentemente, son humanos y las fuerzas fallan. No pueden estar atacando siempre. Pero, desde mi humilde punto de vista, creo que teniendo dos bazas como tenían, han nadado mucho y han guardado la ropa. Ahora es cuando vienen las lamentaciones. Y si hubiera atacado en tal o cual puerto, tal o cual día. Ahora se acuerda del minuto que perdió en los abanicos de la segunda etapa. Pero no podemos hacer elucubraciones una vez terminada la carrera. La carrera ha dictado sentencia y el británico ha sido el más regular. Nada que objetar. La ventaja del británico era una ventaja cómoda y perfectamente controlable en un último puerto tan duro como Alpe d'Huez. El británico no se ha puesto nervioso nunca, no ha salido locamente a los ataques. 

Su forma de correr, para mi gusto, es muy fea. Va siempre sentado en la bici, con la cabeza agachada mirando a los pedales y moviéndola de un lado a otro. Pero no se inmuta ante los ataques. Él va a su ritmo, a su marcheta y poco a poco alcanza a los escapados. Es un martillo pilón. Parece que su entrenamiento se basa en hacer bicicleta estática o rodillo durante 8 o 10 horas al día, mirando el reloj o cronómetro que le indica los watios de energía que genera en cada pedalada y tratando de aumentar la cadencia de pedaleo. Y luego todo esa estática lo traslada a la dinámica que es la carretera y le da rendimiento. A mi entender es una forma de correr feísima pero totalmente efectiva porque muy pocos han sabido combatirla. Tanto que le ha propiciado su segundo Tour.

En cuanto al resto de españoles, Valverde ha conseguido por fin hacer podio en el Tour de Francia, Contador creo que ha acusado el cansancio del Giro y se le ha visto agotado, pero aún así ha estado ahí, 5º de la general y Purito Rodríguez se ha llevado dos etapas tan ricamente y ha luchado casi hasta el final por el maillot de la montaña. Excelente edición la de este Tour. No sé cuánto tiempo pasará hasta ver otra edición tan montañosa como ésta y sin ninguna contrarreloj individual. A Movistar se le ha escapado una gran oportunidad de hacerse con el maillot amarillo. Es cierto, se van con el segundo y tercer puesto, general por equipos, pero a pesar del dominio por equipos no se han llevado ninguna etapa. Estarán contentos pero a saber cuándo habrá otra edición en la que no haya una contrarreloj larga en el Tour, punto débil aún de Quintana y de Valverde.


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