Leo el excelente comentario de Juanjo Millás de una foto en la que se ve a Rajoy enseñando un gráfico y no puedo estar más de acuerdo con su aguda reflexión. Efectivamente, nos preguntamos si en ese gráfico están todas las ilusiones rotas durante estos años, si están ahí los miles de jóvenes que han emigrado a otros países en busca de trabajo, si están ahí los recortes en los medicamentos, en los hospitales, en las becas o en el profesorado, si están ahí las personas que han fallecido esperando su ayuda de dependencia, si están ahí los contratos por horas o los sueldos míseros. Evidentemente todo eso no cabe ni está en unas cuantas barras de colores de gráficos en los que pretende hacernos creer lo bien que está todo y lo bueno que es él.
Rajoy trata a la población como si fuera tonta y le tuvieran que explicar las cosas como a niños. ¡Qué digo niños! Perdón, los niños son más inteligentes que ese señor. Piensa ese señor que todo se arregla enseñando unos gráficos con unos dibujitos estilo Coco de Barrio Sésamo, de arriba y abajo, de cerca y lejos... de yo o el caos. Con ese discurso simplón piensa que convence a la población. Nunca como ahora ha habido un divorcio tan grande entre la realidad de la calle y los gráficos cuentos chinos del gobernante de turno. Vive el susodicho en su burbuja de cristal adulado por bufones políticos y mediáticos, aislado de la dura cotidianidad. La foto es una retrospectiva de la tomadura de pelo de un señor cuyo máximo nivel cultural es leer el Marca, con todos mis respetos para el diario deportivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario