Si ayer decíamos que Bolt era el rey y el rey había vuelto, hoy decimos que Shelly-Ann Fraser-Pryce es la reina indiscutible de la velocidad mundial. Esta menuda y diminuta atleta jamaicana pero que corre que se las pela, ha ganado los 100 m con una marca de 10.76. La chica llamativa de la corona de florecillas, del largo cabello verde trenzado, de la sonrisa eterna, ha hecho valer su calidad y ha demostrado ser la mujer más rápida del planeta. No se lo ha puesto fácil, la holandesa campeona de Europa, Dafne Schippers, la gran esperanza blanca, a quién le han faltado diez metros en una carrera de menos a más para poder alcanzar a Shelly-Ann. Mucho mérito el de esta holandesa por competir contra 7 rivales negras y quedar segunda del mundo.
Del resto de la jornada destacamos la apabullante victoria de Kenia en la prueba de los 3000 m obstáculos en hombres. Corrían 4 keniatas y han quedado los 4 primeros ganando el eterno e incombustible Ezequiel Kemboi su cuarto Mundial y consecutivo. Esta carrera está hecha para estos tipos. No fallan nunca.
En salto con pértiga masculino ha saltado la sorpresa al no ganar el gran favorito, el francés plusmarquista mundial Renaud Lavillenie que no ha podido pasar del 5.80 cuando este año había llegado a los 6.05. Ha ganado el canadiense Barber con 5.90. Segundo el alemán Holzdeppe y Lavillenie ha obtenido la medalla de bronce junto con otros dos saltadores polacos.
En triple salto femenino, ha ganado la favorita, la colombiana Caterine Ibargüen, con un salto de 14.90 m. En 10.000 femeninos, ausente la gran Tirunesh Dibaba, ha ganado la keniata Vivian Cheruiyot por delante de la etíope Gelete Burka.
Al finalizar la tercera jornada de atletismo, Kenia encabeza el medallero con 6 medallas, 2 de oro, 2 de plata y 2 de bronce.
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